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El sistema penitenciario de México

En días pasados, el Centro Preventivo de Reinserción Topo Chico (en Monterrey, Nuevo León), estuvo en el ojo del huracán por el motín que se produjo luego de un enfrentamiento entre dos grupos delictivos que desencadenó en la muerte de 49 personas internas y 12 heridos.

Este grave incidente, se suma al historial de agravios que han vivido los presos dentro del sistema penitenciario de México, poniendo de manifiesto la ineficacia tanto de la administración de los centros de reclusión, como del sistema de justicia.

Estos son los 5 motines más recientes en México:

1. Prisión Estatal de Altamira, Tamaulipas
Durante este motín, suscitado el 26 de octubre de 2013, murieron seis reos.

2. Prisión Estatal de San Luis Potosí
El 27 de abril de 2013 se produjo una batalla entre internos que dejó un saldo de 13 muertos y 65 heridos.

3. Prisión Federal de Apodaca, Nuevo León
Ocurrido el 19 de febrero de 2012, miembros del cártel de los Zetas presuntamente asesinaron a 44 miembros del cártel del Golfo en el interior de esta prisión. Durante los desmanes, escaparon 30 miembros de los Zetas.

4. Prisión Estatal de Altamira, Tamaulipas
El 5 de enero de 2012 murieron 31 reos en una riña con cuchillos improvisados, garrotes y piedras.

5. Prisión de Matamoros, Tamaulipas
El 15 de octubre de 2011 se dio una disputa entre 2 reos que propició una batalla campal en la que murieron 20 prisioneros.

Las estadísticas indican que el sistema penitenciario de México resulta inoperante, puesto que no dispone de suficientes espacios físicos con instalaciones apropiadas para albergar al número de reos actual. Por ejemplo, hoy en día se encuentran recluidas 247 mil 488 personas en los 389 centros penitenciarios del país que, entre todos, tienen capacidad para apenas 208 mil 905 reos (es decir, un 18.46 % por arriba de su cupo).

En el Informe sobre los Derechos de las Personas Privadas de la Libertad en las Américas, presentado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se explica de manera detallada que los Estados deben garantizar los derechos fundamentales de las personas bajo su custodia y deben asegurar que las condiciones de reclusión sean acordes con el respeto a la dignidad inherente de todo ser humano.

Dicho en otras palabras, el desafío que enfrentan las prisiones es claro: garantizar condiciones de convivencia dignas, seguras y promotoras de integración social.

Y es que mientras sigan sin aceptarse e implementarse las recomendaciones hechas por los organismos nacionales e internacionales y/o los reos no sean tratados como sujetos con derechos; seguramente, lo ocurrido en Topo Chico, volverá a repetirse más pronto que tarde.

Escrito para Caras de México por Jorge Chávez, Editor Senior en Mijo! Brands de México.

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