Considerada como un mal endémico, la corrupción le genera al país pérdidas económicas anuales por alrededor de $890 mil millones de pesos. Sin embargo, en México, lastimosamente, el problema de la corrupción es visto como el aceite de la maquinaria económica o el engrane que el sistema de justicia necesita para que las cosas funcionen. Quizá esa sea la razón principal del por qué no se le combate.
Por décadas, hemos atribuido el bajo crecimiento económico (no sin razón) a la ausencia de reformas económicas, como las que a nivel constitucional se aprobaron el pasado 2013. Y es que la corrupción se traduce en falta de seguridad jurídica, en el encarecimiento de cada trámite o contrato, en los costos de producción y hasta en la rentabilidad de las empresas.
En otros números, de acuerdo a las estimaciones que el Banco Mundial realizó en 2014, la corrupción le cuesta a México anualmente el 9 % del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, dos puntos más que la millonaria fortuna de Carlos Slim. Si por el contrario optamos por las cifras que el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado estimó ese mismo año, la cifra alcanza el 20 % del PIB (esto quiere decir que la quinta parte de lo que producimos a nivel nacional se desvanece en corrupción).
Para entender dramáticamente el verdadero costo de la corrupción para cada uno de los habitantes de este país, recientemente, los especialistas que participaron en el foro “Hablemos de corrupción” que organizó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señalaron que este problema sistémico le cuesta $165 pesos diarios a cada ciudadano.
¿Cómo es esto posible? Por naturaleza, los actos de corrupción se ocultan a los ojos de todos y la inmensa mayoría de las veces hasta pasan desapercibidas. En pocas palabras esto, realmente, es un fenómeno de oferta y demanda.
María Amparo Casar, Directora de Anticorrupción del IMCO, confirmó que los actos de corrupción le cuestan al país el 5 % de las ventas anuales de las empresas y, de acuerdo con un estudio de la American Chamber Commerce, la piratería provoca pérdidas de aproximadamente $43 mil millones de pesos al año.
También señaló que el 90 % de los mexicanos no confían en los partidos políticos, que el 88 % tampoco lo hace en su sistema judicial y que el 14 % del ingreso promedio se destina a las famosas “mordidas” o hechos similares.
El delito que no respeta sectores políticos, partidos, clases sociales o niveles económicos debe ser combatido de forma integral por el Gobierno Federal, pues se necesita con urgencia “desmantelar redes y no solo señalar”, argumentó Eduardo Bohórquez, Director de Transparencia Mexicana.
Pero no todo está perdido... La corrupción no está en el código genético de los pueblos, ni en el código ético de los países. La corrupción sí se puede combatir. “El que uno nazca en determinado país no significa que nace corrupto o que lo será toda su vida. Las sociedades son corruptas desde el momento fundacional”, expresó Roby Senderowitsch de la Auditoría Social del Banco Mundial.
Escrito para Caras de México por Jorge Chávez, Editor Senior en Mijo! Brands de México.
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