La promoción turística de Puerto Vallarta es una tarea de todos quienes hemos hecho de esta ciudad nuestro hogar.
Más allá de recibir con los siempre brazos abiertos a todos nuestros visitantes, de hacerlos sentir como en casa con nuestro atento servicio y de portar la sonrisa como parte de nuestro uniforme empresarial; hoy lo que nuestro destino en realidad necesita es que todos nos inmiscuyamos en la imagen positiva de Puerto Vallarta.
Si bien es cierto que tanto el Fideicomiso de Turismo como la Oficina de Convenciones y Visitantes son los responsables de generar estrategias de promoción a nivel local, nacional e internacional; somos nosotros quienes al final tenemos el contacto directo con nuestros turistas y quienes tenemos en nuestras manos el poder de generarles una experiencia positiva o completamente desagradable.
Hoy en día, las redes sociales se han convertido en un poderoso medio de comunicación capaz de influir hasta en la decisión final de escoger uno u otro destino para vacacionar. Pareciera mentira que lo que iniciara como un simple pasatiempo entre estudiantes, es ahora un mecanismo de mercadotecnia sumamente efectivo.
Hace días circuló por internet un pequeño artículo acerca de una estrategia de promoción turística llevada a cabo en Obermutten, un pueblito suizo de apenas 78 habitantes, en el que un buen día y debido a la falta de turismo, se reunieron tanto el alcalde como el dueño del único restaurante para proponer ideas y atraer visitantes. El resultado de esa reunión fue el perfeccionamiento del Facebook del destino. Decidieron llevar el botón “Me gusta” a la vida real con el objetivo de inmortalizar a cada uno de sus seguidores en un muro real. Así, todos aquellos que se unieran a la red de Obermutten aparecerían junto con su foto y sus datos generales del perfil en una de las paredes del pueblo para darles la oportunidad a todos los habitantes de observar/conocer a sus amigos de la red.
En 2003, la revista Condé Nast nombró a Puerto Vallarta como “La ciudad más amigable del mundo” pero eso no significa que debamos echarnos a dormir en nuestros laureles. Han pasado 9 años desde ese elogio a nivel mundial y pareciera que es tiempo de que, al igual que Obermutten, nuestro destino turístico comience a realizar acciones contundentes y reales en torno al funcionamiento general de todos los engranes que hacen posible esta maquinaria turística.
Y es que no todo se lo tenemos que dejar a las autoridades o a las cámaras de comercio y afortunadamente hay varios ejemplos recientes con los cuales ilustrar el ímpetu de la gente por colaborar con la ciudad:
• El espectacular renacimiento del Parque Lázaro Cárdenas
• El impetuoso bacheo en las calles
• La esmerada limpieza de las carreteras, ríos y playas
• Majestuosos festivales culturales y energetizantes eventos deportivos
• Vibrantes eventos de altruismo con la única misión de ayudar a los más desprotegidos
Todos estos son algunas muestras de lo que una sociedad bien organizada, sin objetivos malversados y dejando de lado la apatía, puede generar en pro de un destino que más que nunca clama por nuestra ayuda, estemos en la trinchera que estemos.
Escrito por Jorge Chávez para Caras de México.
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