La Copa del Mundo Brasil 2014 está a menos de 40 días y el partido entre nuestra Selección Mexicana y el representativo carioca, programado para el martes 17 de junio, promete mantenernos al filo del asiento con emociones al límite. Sin embargo, el internet ha propiciado que se compare el accionar de ambos países en torno a una problemática que dará muchísimo de qué hablar en los próximos días.
En junio de 2012, Edward Snowden filtró que Enrique Peña Nieto y nueve de sus colaboradores más cercanos fueron espiados por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) durante su campaña presidencial. La reacción de nuestro gobierno se redujo a una nota diplomática en la que se exponía la duda en cuanto la autenticidad de los documentos (que hasta la fecha no ha sido desmentida por el gobierno estadounidense) y algunas condenas respecto a la violación del Derecho Internacional sobre la labor de espionaje en ciudadanos mexicanos, pero de ahí no pasó.
Pasaron unos meses y en 2013 se dio a conocer que Dilma Rousseff, Presidenta de Brasil, también había sido espiada por la NSA. Aquí las cosas se manejaron de otra manera porque la mandataria catalogó este hecho como un atentado en contra de la soberanía nacional de su país y canceló una visita diplomática a Estados Unidos en forma de protesta.
Luego, en el marco de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas del 24 de septiembre de 2013, Rousseff indicó que “la soberanía de un país no puede basarse en una acción que sea en detrimento de la soberanía de otro”.
Además remató con una frase épica en torno al núcleo del asunto: “Sin derecho a la privacidad no se tiene una real libertad de expresión y de opinión, por lo que no hay democracia. Estamos ante una grave violación de los derechos humanos y de las libertades civiles”.
Como podemos apreciar, las reacciones de ambos países frente al mismo problema fueron abismalmente distintas. Mientras que en México se optó por la vía diplomática en la que se garantiza que nada pase, Brasil confrontó y expuso las consecuencias políticas sobre el espionaje en una vitrina internacional.
Pero la cosa no terminó ahí. Ya en este año, con la presentación oficial de la iniciativa de reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones por parte del Poder Ejecutivo Federal, se abandona la idea de un sistema de medios públicos e irónicamente legaliza las prácticas de geolocalización, retención de datos y ¡espionaje gubernamental del cual fue víctima nuestro propio Presidente de la República durante su campaña!
En cambio, Brasil ha comenzado a planear la NetMundial que, entre otros aspectos, plantea los principios para la gobernanza del internet y traza la ruta de evolución de todo el ecosistema online contando con el apoyo de la sociedad civil, academia, comunidad técnica y gobierno.
Esta breve historia de países latinoamericanos nos enseña que ante circunstancias similares se puede apostar por tomar rutas totalmente opuestas. Brasil y México ya saltaron a la cancha y hasta el momento la victoria es para los sudamericanos ante una sonrisa inoperante decorada con un copete perfecto.
Escrito para Caras de México por Jorge Chávez, Editor Senior en Mijo! Brands de México.
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