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Medidas para resolver la crisis en México

Han pasado más de dos meses desde la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero y a raíz de eso, se han llevado a cabo varias protestas pacíficas (la mayoría de ellas) a lo largo y ancho del país para exigirle al gobierno federal que rinda cuentas claras.

Si a eso le sumamos el escándalo de la Casa Blanca, que está ligado a la cancelación del contrato ganado por un consorcio chino para la construcción del tren rápido México-Querétaro, entonces estamos hablando de que el gobierno del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, está bajo presión enfrentando serios problemas de violencia, inseguridad y corrupción (que parecían haberse quedado en el pasado tras enfocarse en las reformas económicas).

Entonces, ¿qué puede hacer la nación para salir de esta crisis? ¿Ha pasado lo peor o todavía nos encontramos en la punta del iceberg? En este momento, lo más deseable para el país es que Enrique Peña Nieto arremetiera contra los corruptos que han evadido la justicia (sean del partido que sean), que ejerciera una transparencia seria y que, sobretodo, se pusiera del lado de las víctimas.

Sin embargo, el jueves pasado, Enrique Peña Nieto anunció una reestructuración que abarca 10 puntos que intentarán evitar que vuelvan a ocurrir hechos como los de Guerrero:

• Iniciativa de reforma constitucional contra la infiltración del crimen organizado en los municipios.

• Precisión y claridad en las competencias de cada autoridad en el combate al delito.

• Creación obligatoria de policías estatales únicos.

• Creación de un teléfono público para emergencias a nivel nacional. Se propone el 911.

• Establecimiento de una clave única de identidad.

• Operativo especial en Tierra Caliente y despliegue de fuerzas federales en los estados de Guerrero y Michoacán.

• Impulsar reformas adicionales para garantizar la justicia.

• Acciones para proteger los derechos humanos.

• Reformas para el combate a la corrupción.

• Promover los principios de transparencia y rendición de cuentas.

Por lo pronto, ya veremos el tiempo que tardan en implementarse estos cambios y si realmente son una solución concienzuda o todo está hecho al vapor para tratar de contrarrestar la fuerza de un huracán con cimientos de paja.

Lo que sí es un secreto a voces, es que la situación actual por la que atraviesa el Estado mexicano es delicada, grave, preocupante y al borde de la explosión. Para retomar el camino, se requieren decisiones de un verdadero jefe de Estado que mire por el bien de la nación y no de la misma esfera social de siempre. De no ser así, es sumamente probable que los años venideros sean una pesadilla económica para México, puesto que ¿quién invertiría en un país donde el Estado de derecho es sólo una utopía?

Escrito para Caras de México por Jorge Chávez, Editor Senior en Mijo! Brands de México.

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