Para las personas que habitan en las zonas más marginadas del país, las radios comunitarias representan un elemento fundamental para su libertad de expresión y de información. Su línea editorial dista mucho de los intereses y demandas que emiten las grandes cadenas nacionales o regionales, por lo que este medio de comunicación se vuelve su única alternativa para contribuir en el desarrollo de su propia comunidad.
La mayoría de estas radios operan en comunidades indígenas, cuyas sociedades están tan arraigadas a sus costumbres, que hasta el sistema político y social está basado en la cultura que ha decretado su forma de vida a través de los años.
Aunque uno de los aspectos positivos de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión es que la legislación reconocerá la figura de la radio comunitaria (lo que brinda certidumbre jurídica a estas emisoras) lo negativo sale a colación al obligarlas a transmitir por anchos de banda que son costosos de operar, que nadie escucha o cuyas transmisiones no serán captadas por los nuevos aparatos de radio recepción.
Además, al entrar en vigor esta reforma, las radios comunitarias tendrán prohibido vender espacios publicitarios y esto limitará de manera importante sus ingresos y estabilidad financiera.
Lo que nuestros legisladores no pudieron visualizar a futuro son las repercusiones de esta medida, que no sólo terminará por restringir la actividad económica de las radiodifusoras, sino que impactará en la comunidad entera. Es decir, en el caso hipotético de que un negocio local quisiera acceder a la publicidad en radio, tendría que acudir a las grandes estaciones que, por cuestión de presupuesto, ni siquiera lo tomarían en cuenta.
Por su misión, las estaciones comunitarias tienen el potencial para llegar a unos 15 millones de mexicanos, que ante las nuevas regulaciones y ante su posible erradicación del espectro, se convertirían en una opción menos de radio.
“La radio comunitaria permite a la sociedad integrarse como país. En México se hizo poco por ellas y mucho para que no se tocara el entorno económico de la radiodifusión comercial. La CIRT cabildeó muy activamente y ahora ellas tienen que vivir del presupuesto público, lo que puede comprometer su derecho legítimo de preservar costumbres, valores o su lengua”, argumentó Jorge Fernando Negrete, Director General de Mediatelecom Policy & Low.
En días recientes, diversos representantes de las radios comunitarias han acudido al Poder Judicial para buscar amparo y protección ante estas invasivas medidas establecidas por el legislativo. De ser escuchadas sus peticiones, estos medios de comunicación local podrían seguir fungiendo como un pilar en el desarrollo de estas pequeñas comunidades y seguir siendo la voz de los que no la tienen.
Aunque la Organización Internacional de Telecomunicaciones continuamente realiza recomendaciones para que los Estados asignen porciones específicas del espectro para las estaciones sociales, en nuestro México, como vemos, han sido poco atendidas.
Escrito para Caras de México por Jorge Chávez, Editor Senior en Mijo! Brands de México.
Más artículos aquí.