El pasado 1° de Enero de 2014, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) cumplió su vigésimo aniversario de haber aparecido públicamente, aunque su gestación se remonta hasta 1983 (año en que se creó el Primer Campamento Guerrillero en la Selva Lacandona de Chiapas).
A raíz de eso, valdría la pena analizar cómo hubieran sido esos primeros 12 días de Enero de 1994 (tiempo que duró la insurrección) con el nivel de conectividad digital o el uso de las redes sociales de hoy en día. ¿Se imaginan si esta mañana, al revisar sus redes sociales, comienzan a ver imágenes de rebeldes encapuchados, videos de persecuciones/enfrentamientos, hashtags alusivos al EZLN o a los medios de comunicación intentando narrar lo que sucede en el sureste mexicano? Seguramente el social media habría cumplido con una de sus misiones primarias: Difundir en vivo los acontecimientos, en este caso, desde Chiapas.
Pero, ¿cuáles han sido las transformaciones por las que ha atravesado el EZLN tras su surgimiento?
Durante el 2013, los zapatistas les abrieron a unos 3 mil ciudadanos las puertas a sus comunidades autónomas (donde tienen cooperativas, servicios médicos con apoyo de “médicos solidarios”, centros de producción de café y otros alimentos cuyas ganancias se destinan a las mismas necesidades de la comunidad) para que conocieran su forma de organización.
La conciliación es la base de sus sistema judicial, pero en caso de que suceda un delito grave se imponen sanciones acordadas entre las autoridades del Ejército Zapatista. Por ejemplo, si ocurre un homicidio, mientras los asesinos cumplen su sentencia, deben trabajar para mantener tanto a su familia como a la familia del que mataron.
Cuando el EZLN apareció públicamente se emitió el documento “Primera Declaración de la Selva Lacandona” en el que se declaraba la guerra al Gobierno Federal (encabezado en aquel año por Carlos Salinas de Gortari) y, entre otras cosas, exigía el reconocimiento de los derechos indígenas.
Podría ser que las creencias de muchas personas sean las correctas y que este movimiento esté en su etapa de extinción sonando únicamente debido a su 20° aniversario. Quizá también sean ciertas todas esas teorías de conspiración en contra del Subcomandante Marcos y que su pasamontañas sea un símbolo que busca permanecer a través de los tiempos lo use quién lo use.
Lo que sí es verdad, es que en tan sólo 10 años, este movimiento zapatista ha logrado construir 30 municipios autónomos sin recibir apoyo oficial y también es cierto que los comunicados de prensa firmados por el Subcomandante no dejan de contener esa prosa que lo llevó a convertirse en un favorito de la prensa y a ser alabado como el mejor escritor latinoamericano de la época por Regis Debray (amigo tanto del Che Guevara como de Fidel Castro y ex asesor en política internacional del ex presidente francés François Mitterrand).
A pesar de sus carencias en comunicación o de la poca cobertura de los medios, el levantamiento armado encabezado por el Subcomandante Marcos es uno de los movimientos más reconocidos a nivel nacional e internacional.
¿Es entonces el Ejército Zapatista de Liberación Nacional un ejemplo a seguir por la forma en que se ha estado conduciendo sin contar con el apoyo del gobierno? Aunque queda en el aire, cada uno podrá responder de mejor manera a esta pregunta.
Escrito por Jorge Chávez para Caras de México.
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