Poco antes de que dejara la Presidencia de México, Vicente Fox firmó en el 2005 el ASPAN (Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte) junto con George W. Bush y Stephen Harper (Primer Ministro de Canadá).
Los pormenores del acuerdo firmado en Wacco, Texas, salieron a la luz en 2007 cuando se emitieron algunos puntos que contenía, tales como:
• Un modelo común de respuesta ante emergencias
• Seguridad aérea y marina (re-acomodo de rutas aéreas para que sean lo más rectas posibles y reducir costos de transporte)
• Modernización de fronteras (dirigido mayormente a la agilización del intercambio de mercancías)
• Consideraciones ecológicas
• Cooperación para fortalecer rubros tales como energía, transporte, servicios financieros y tecnología.
Presumiblemente esta Reforma Energética que se avecina sería el desenlace de este proceso que inició hace 8 años, pero con la ventaja de que quiénes la proponen ahora, tienen el capital político para lograrlo.
Pero no sólo la extracción del petróleo es lo que nos debe preocupar... México es el tercer país con mayor número de yacimientos de gas de esquisto en Latinoamérica y el octavo lugar a nivel mundial. Apenas en 2011, PEMEX anunciaba que había logrado producir este gas por primera vez en un pozo localizado en Coahuila, demostrando que esta infraestructura apenas está en desarrollo y cuya oportunidad no iba a pasar desapercibida por las transnacionales y/o la iniciativa privada para entrar en el libreto y comenzar a hacer lo suyo.
El debate sobre esta reforma ya está sobre la mesa, a pesar de que el Poder Ejecutivo tiene contemplada enviarla hasta Septiembre. Sin embargo, ya hemos escuchado diversas declaraciones en los medios y todo apunta a que su objetivo principal será la apertura de PEMEX a la inversión privada, con una correspondiente modificación a la Constitución Mexicana y al reglamento de la paraestatal.
Como era de esperarse, los bloques de izquierda ya han programado una marcha para el 8 de Septiembre de 2013 en contra de esta reforma para pronunciarse a favor de que se revise y se comience a ejercer presión para erradicarla. Sin embargo, aún hace falta mucha cohesión entre quiénes están en contra para lograr un movimiento efectivo que perdure y no se esfume como tantos otros que hemos visto en el camino.
Pero antes de que se presente la reforma y de que las movilizaciones comiencen, es necesario recalcar que los legisladores serán los únicos encargados de revisarla, discutirla y decidir finalmente si se aprueba o no. Mientras tanto, nosotros tenemos la obligación de enfocar nuestras energías en nuestras respectivas localidades para exigir una postura en su voto.
Escrito por Jorge Chávez para Caras de México.
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