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El reto de ser madre en México

Cuando pienso en México, se me vienen a la mente dos cosas: su fabulosa y deliciosa gastronomía y sus más de 112 millones de personas que día a día trabajan y buscan vivir su vida de la manera más satisfactoria posible.

Recién cumplí 32 años y a la fecha, sé que lo que más aprecio de mi vida son mis dos hijos; una niña de 7 años y un torbellino de 4. Tres años los separan, suficiente tiempo para darme cuenta de que una familia de sólo 3 no es mi ideal… Tres años también que les permiten a mis hijos nacer en dos períodos presidenciales diferentes, a mi hija con el del Sr. Vicente Fox, todo un personaje que llevó a México a elegirlo para terminar con un período de mas de 70 años de presidentes candidatos del Partido Revolucionario Institucional, y a mi hijo con el Sr. Felipe Calderón, ambos Presidentes del Partido Acción Nacional. México se atrevió a dar el cambio, ¿nos fue bien?... ¿nos fue mal?, somos muchos millones de personas y ya saben lo que dice el dicho: “cada cabeza es un mundo”.

Así que todos tenemos nuestra opinión al respecto. El siguiente año comenzamos un nuevo sexenio, ¿Qué es lo que veo? Sinceramente un panorama político muy difícil, porque gran parte del país esperaba y deseaba que otro fuera nuestro próximo presidente. También veo una economía bastante débil, que por cierto, ayudada por el neoliberalismo, no es más que un espejismo en el desierto, donde a nuestra vista le hacen creer que la llegada de más y más empresas extranjeras va a impulsar nuestra economía y que es en beneficio del ciudadano común y ¡qué alejados estamos de la verdad!

No queremos darnos cuenta de que estamos adentrándonos dentro de un círculo vicioso del que es muy difícil salir; en el que el dinero se gana trabajando arduamente para esas empresas extranjeras y que ese mismo dinero vamos y lo gastamos en otras empresas que también son extranjeras y que finalmente es dinero que se va del país, que va y genera más riqueza en otros países y es esto lo que está terminando con la famosa campaña de “Yo soy Pepe y yo soy Toño”, por lo que puedo observar y escuchar de amigos y conocidos que terminan por cerrar sus negocios y/o pequeñas empresas, que terminan buscando empleo en estas empresas…

Y de la Educación podemos esperar que durante el sexenio que entra, se siga con la transición de la reforma proclamada por Felipe Calderón en la que la preparatoria o bachillerato sea de carácter obligatorio y gratuito para todos esos jovencitos que tienen la convicción de que el estudio forja el carácter del ser humano y que los ayuda a encontrar su camino; aún así yo me pregunto ¿obligatoria para quién? Sólo para aquellos que viven en ciudades y que tienen  la posibilidad de asistir; asistir a clases que se suponen están programadas para iniciar a las 7:00am y terminar a la 1:00pm con maestros que se dan el lujo de no asistir porque están en huelga peleando por sueldos mas justos, y los que si trabajan lo hacen sólo por amor al arte…

Y ya por último no puedo dejar de mencionar nuestro  medio ambiente, del cual respiramos todos y que desgraciadamente a pocos les preocupa y a muchos menos aún, les ocupa. Actitudes tan sencillas como depositar la basura en el cesto es algo que tanto chicos como grandes no lo hacen, personas que van en el camión y otros que van en sus carros que sin más ni más sólo estiran y sacan su brazo por la  ventanilla y tiran basura (una lata, una botella o una bolsa de plástico) y para colmo, nuestro gobierno municipal queriendo sacar provecho de los terrenos destinados a áreas verdes, personas que aún limpian sus calles con el chorro de agua de la manguera, en fin, generaciones como la mía a la que se nos enseñó a cuidar nuestro ambiente parece que muchos hicieran oídos sordos a lo que estamos viviendo y nos escondemos bajo el pretexto de que una basurita más, ni se nota; que cobardía…

Como mamá, hago mucho énfasis en el cuidado del agua en mi hogar, procuro siempre que mis hijos y yo sólo utilicemos la necesaria, pongo un especial esmero en el tiempo que le dedicamos a estudiar y repasar lo visto en sus respectivas escuelas y también me ocupo de pasar un rato agradable con mis hijos, en el que el dinero no sea el medio necesario para estar feliz. Me gusta mucho como mis niños aprecian el tiempo que pasamos juntos cuando estamos en los juegos del parque, cuando vamos de visita con algún familiar o en la plaza a dar la vuelta o cuando sencillamente salimos a caminar para cansarnos y dormir a gusto.

Ser mamá es todo un reto y lo es más para mí, porque la paciencia es una virtud que yo no poseo (virtud que mi esposo si tiene y que es muy apreciada y valorada por mí en su persona) pero aún así, con mis múltiples defectos, sólo trabajo por ser una mamá que mis hijos puedan tener como guía para hacer de ellos dos seres humanos íntegros y felices; y si así lo logrará, ese sería mi legado a nuestra nación.

Escrito por Ana Chávez para Caras de México. Para leer más artículos analizando la identidad mexicana, haz clic aquí.