Artículos

tilde

EPN y la crisis de Guerrero

A finales de Octubre, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, se reunió durante más de cinco horas con los padres de los 43 normalistas del estado de Guerrero que, por cierto, llevan más de 40 días desaparecidos. Ahí se firmó un acuerdo en el que, entre otras cosas, se prometió reforzar su búsqueda. Lo cruel del asunto es que no hubo una respuesta tajante ante la pregunta que aún sigue retumbando en ellos y en la sociedad que ha seguido de cerca el caso: ¿Dónde están los estudiantes?

Al terminar, los padres de los estudiantes declararon en conferencia de prensa que no tenían confianza en el actuar del gobierno a través de frases como:

“Me llenan de coraje las actuaciones del gobierno, que debe estar para ayudarnos, porque no somos sus ovejas para que nos mate a la hora que les de su gana”.

“Tuvimos la necesidad de venir a hablar con el señor presidente a exigirle, yo no le vine a pedir un favor, le vine a exigir como ciudadano mexicano que soy, que tengo mis derechos”.

“Ahorita el presidente anunció que ya llegó a acuerdos con los padres de familia, que sale contento él porque ya hay un acercamiento, pero las personalidades políticas no se dan cuenta que el sufrimiento no se negocia, que las vidas humanas no tienen precio y que para nosotros lo primero es que aparezcan, no recibir dádivas del gobierno federal”.

Peña Nieto ha sido fuertemente criticado por haber entrado tarde a la crisis de Iguala y su postura o estrategia es evitar responsabilidad alguna en la tragedia. Se han empeñado en hacer ver el problema como un suceso local ocurrido bajo el mandato de un gobernador insensato que pertenece a una izquierda que no tiene el control sobre sus candidatos.

Sin embargo, la semana pasada, la PGR capturó a José Luis Abarca, exalcalde de Iguala y a su esposa, María de los Ángeles Pineda en la delegación Iztapalapa del Distrito Federal. Ambos han sido señalados como los presuntos responsables de ejecutar la desaparición de los 43 estudiantes en los hechos ocurridos el 26 de septiembre de 2014 en el estado de Guerrero.

Pero la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa no es más que una muestra de las tremendas fallas institucionales del sistema político y de atención social que existen en México.

No es un caso aislado. Lo que vemos es una constante violencia, con hechos que han rebasado la capacidad del Estado para reaccionar y que han sembrado el miedo y la indignación entre la sociedad mexicana.

Cada día que pasa nos damos más y más cuenta de los altos niveles de impunidad y corrupción que existen y han existido en el país desde hace muchísimos años.

En el Caso Iguala nos hemos topado con respuestas tardías, acciones ineficientes y llenas de irregularidades que engloban la nula capacidad del gobierno municipal, estatal y federal para dar una respuesta clara y/o contundente ante estos hechos. En los próximos días ya estaremos viendo en qué termina este nuevo capítulo de una triste historia que puede ser el gran detonante para un cambio en nuestra sociedad.

Escrito para Caras de México por Jorge Chávez, Editor Senior en Mijo! Brands de México.

Más artículos aquí.