Para conmemorar los 40 años de la Universidad Autónoma de Chiapas, el pasado 29 de septiembre, Juan Villoro presentó su libro “Apocalipsis (todo incluido)” en el marco de la Tercera Feria Internacional del Libro Chiapas-Centroamérica.
Este libro es una serie de cuentos que reflejan la cultura moderna a través de pasiones, arrepentimientos, deseos, fracasos y fútbol. Los escritos se mueven entre dudosas herencias familiares, arrestos que derivan en partidos de fútbol llanero y amigos de toda la vida que funcionan como el mejor de los enemigos; pero también revisa la necesidad de reinventarnos en medio de cada crisis y de sobrevivir a las batallas que se pierden por goliza.
Quiénes ya han tenido la oportunidad de leerlo, afirman que el escritor Juan Villoro retrata a la perfección a aquellos ciudadanos empeñados en ignorar su desgracia (ya sea por sobrevivencia o por deporte), pero también porque esperan que cuando el mundo arda y se resquebraje en mil pedazos, les toque algo mejor.
De acuerdo con el escritor chiapaneco, Marcelino Champo, esta obra es un punto de encuentro entre el exilio y la memoria. En cada uno de sus personajes habita la sensación de derrota y de cariño inconcluso. Los relatos transcurren entre las grandes urbes o en los moteles (espacios destinados a la cercanía de los cuerpos y a la soledad de los incautos) con un toque de humor, siempre imprescindible, que nos acerca empáticamente a cada uno de los protagonistas.
Sin embargo, más allá de la presentación de este libro, Villoro se dio la oportunidad de advertir que México siempre estará al borde del colapso social en tanto se siga criminalizando a los jóvenes en vez de otorgarles las herramientas mínimas para salir adelante. Los jóvenes, dijo, “son la principal energía que tenemos para transformar este país”.
Y es cierto. Lo que sucede en torno al Instituto Politécnico Nacional (IPN) ha encendido la flama de la crítica/acción dentro de las universidades públicas. Los jóvenes han abordado las calles para manifestarse en contra de los nuevos planes de estudio que pretenden quitarle el carácter científico a la institución y/o convertirla en una simple escuela de capacitación técnica.
Para Villoro, este movimiento estudiantil es una oportunidad única para “buscar una salida equilibrada que incluya a los jóvenes en el rediseño de este país, sino, el riesgo de descomposición social estará siempre latente”.
“Los jóvenes necesitan tener opciones concretas, tener alternativas de trabajo y de estudio, tener gratificantes deportivos, morales e incluso religiosos que puedan permitirles adoptar un sentido de identidad y autoestima”.
Finalmente, su mensaje lo concluyó con una frase certera que probablemente ataca el problema de raíz: “Creo que es en la educación y en los libros donde está la posibilidad de cambiar este país y crear un México diferente. Nada cambia tanto al país como lo que están leyendo los niños hoy en día. O lo que están haciendo”.
Entre tanto, estaremos al pendiente para observar lo que el destino le tiene preparado a estos incesantes jóvenes que únicamente están luchando por hacer llegar su voz a las esferas más altas de nuestra sociedad.
Escrito para Caras de México por Jorge Chávez, Editor Senior en Mijo! Brands de México.
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