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México y sus peticiones en Internet

El movimiento #YoSoy132 se gestó en el verano del 2012. Las elecciones presidenciales estaban a poco más de un mes y en las calles crecía un movimiento juvenil inédito ante el hartazgo hacia la clase política mexicana. Esta generación había encontrado la mejor vía para organizarse y salir a protestar a través de las redes sociales y el Internet.

Luego, el mismo año en que Enrique Peña Nieto fue confrontado en la Universidad Iberoamericana por jóvenes que a la postre saldrían a protestar en su contra, apareció en la escena mexicana Change.org.

Esta plataforma fue utilizada con éxito por el joven Gustavo Andrade para pedirle a instancias internacionales que vigilaran las elecciones mexicanas. Su petición, convertida en demanda ciudadana, fue firmada por más de 76 mil personas y no sólo obtuvo una respuesta positiva por parte de la Organización de Naciones Unidas, sino que fue la primera vez que le entregaron un reporte oficial a un estudiante.

Nunca antes, el poder del Internet se había manifestado entre la sociedad mexicana para transformar la indignación ciudadana en demandas concretas. Esto fue lo que provocó el crecimiento exponencial de Change.org en México. Hoy en día, esta plataforma cuenta con más de 1 millón 400 mil usuarios en el país, los cuales han logrado declarar como victoriosas a más de 125 peticiones.

Aunque muchos puedan poner en tela de juicio el alcance de las peticiones en Change.org, lo que sí es verdad es que los resultados de iniciar una campaña a través de este medio dependerán de la forma en que los usuarios perfilen su causa, la magnitud de su difusión y la identificación concreta de lo que quieren.

Para bien y para mal, nuestra sociedad actual vive de apariencias. Hoy, más que nunca, los políticos, empresarios y tomadores de decisiones se dedican a cuidar su imagen en las redes sociales porque su prestigio así lo exige. Esta generación, que muchos consideraban aletargada, ha encontrado en el mundo digital una vitrina única y especial para exigir cambios sociopolíticos.

Es cierto, una petición no acabará con la hambruna infantil en el mundo. Lo que sí puede suceder es que se mejore la calidad y cantidad de desayunos que se entregan en las escuela públicas a nivel municipal. Con estos pequeños cambios en el entorno inmediato, poco a poco los usuarios de Change.org han logrado amplias, diversas y profundas transformaciones.

Alrededor del mundo, existen más de 72 millones de personas que utilizan esta plataforma a la que recurren aquellos que han sido afectados por algún problema social o, incluso, los verdaderos líderes del mundo se mantienen al pendiente para atender aquellas peticiones dirigidas a su nombre. Además, también se ha convertido en una herramienta que funciona como una fuente inacabable de historias y/o noticias para aquellos periodistas revolucionarios.

El Internet es un ente tan poderoso, extendido y asimilado entre la sociedad que representa una alternativa para transformar la realidad de muchos países, incluido el nuestro. Las fuentes de información relevantes están a un par de clics de distancia. Las redes sociales, cuando son utilizadas como medio de comunicación y se deja de lado la presunción que viene por añadidura, son el motor para iniciar campañas, movilizar personas, demandar cambios y difundir la información muchísimo más rápido que en cualquier otra plataforma.

Escrito para Caras de México por Jorge Chávez, Editor Senior en Mijo! Brands de México.

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